
Cuando pensamos en pruebas aerodinámicas de coches de alto rendimiento, lo primero que nos viene a la mente son los modernos túneles de viento. Pero McMurtry Automotive ha encontrado una alternativa única para afinar el Spéirling Electric Hypercar: el hipercoche eléctrico con la aceleración más rápida del mundo.
Hablamos de un monoplaza eléctrico muy raro y exclusivo que tiene 1000 CV y cuesta un millón de dólares. Ya ha firmado varios récords como el de subida a Goodwood y fue capaz de merendarse a todo un Ferrari LaFerrari logrando un 0 a 100 km/h en 1,4 segundos.
Ahora busca seguir haciendo historia después de alcanzar los 257 km/h en un oscuro túnel ferroviario de la era victoriana: el túnel de Catesby.
Un laboratorio aerodinámico en un túnel del siglo XIX
A diferencia de un túnel de viento tradicional, donde el aire fluye sobre un coche estático, el túnel de Catesby permite que el vehículo se mueva a alta velocidad en un entorno controlado, midiendo la resistencia aerodinámica en condiciones reales.
Como explica un miembro del equipo de McMurtry Automotive en el vídeo que han subido a YouTube: “aquí podemos analizar el rendimiento aerodinámico sin las limitaciones de un túnel de viento convencional, donde la interacción entre el suelo y el coche es más difícil de replicar con precisión”.
El túnel de Catesby fue construido en 1897 en Northamptonshire (Reino Unido), como parte de una línea ferroviaria, pero tras su cierre en 1966 quedó en desuso. No fue hasta hace unos años cuando se convirtió en una instalación de pruebas para coches gracias a sus características únicas.
Entre ellas, cabe destacar que este túnel tiene una estructura completamente recta de 2,7 km de largo y 8,2 m de ancho, un interior sellado que permite condiciones climáticas constantes alrededor de los 10 ºC y una superficie pavimentada ideal para ensayos de alta precisión.
Spéirling Electric Hypercar: el bólido eléctrico que desafía las leyes de la física
El McMurtry Spéirling se ha ganado el título del coche eléctrico con la aceleración más rápida del mundo gracias a una combinación única de tecnologías innovadoras.
Su pequeño tamaño, su chasis de fibra de carbono ultraligero y su revolucionario sistema de ventiladores de succión le permiten generar una carga aerodinámica extrema sin necesidad de alerones masivos. Este sistema, inspirado en los legendarios fan cars de la Fórmula 1, mejora la tracción y el agarre de una forma sin precedentes.
El Spéirling es capaz de alcanzar los 100 km/h en menos de 1,5 segundos y ha petrificado a sus rivales en circuitos como Goodwood, donde fue capaz de adelantar sin despeinarse a tres coches en una sola vuelta de la talla del McLaren GT3, el Lamboghini Huracán GT3 y un Aston Martin Vantage GT3. Pero para conseguir semejante rendimiento, es crucial perfeccionar cada detalle aerodinámico, y ahí es donde entra en juego el túnel de Catesby.
Así son las pruebas aerodinámicas en el túnel de Catesby
Durante las pruebas en el túnel, el equipo de McMurtry Automotive ha utilizado sensores de presión, cámaras de alta velocidad y modelos computacionales para analizar el flujo de aire alrededor del Spéirling. “Este entorno nos permite realizar pruebas repetibles en condiciones idénticas, algo que en un circuito al aire libre sería imposible debido a las variaciones climáticas”, explica uno de los ingenieros.
El problema de las pruebas en invierno en el Reino Unido es que siempre hace frío, a veces hay hielo, el suelo siempre está resbaloso y muy verde. “Normalmente estaríamos en el Mediterráneo en esta época del año, donde el clima es cálido, el suelo está seco y el ambiente de prueba es predecible”, añade.
Entonces, ¿por qué hacer las pruebas aquí? Principalmente, porque sin tener que preparar largos desplazamientos, el túnel ofrece la ventaja de permitir pruebas a velocidad real, midiendo el impacto del aire sobre el coche sin la necesidad de simularlo artificialmente. Esto ha permitido a McMurtry afinar su sistema de ventiladores y mejorar aún más la eficiencia aerodinámica del Spéirling, reduciendo la resistencia y maximizando el rendimiento.
En este entorno estable, McMurtry puede entrar y salir repetidamente y recopilar datos sobre la velocidad del viento alrededor del vehículo, las presiones en sus superficies y la altura de conducción mediante sensores colocados por todo el coche. A continuación, el equipo compara los datos recogidos en el túnel con los proyectados mediante simulaciones por ordenador, para asegurarse de que ambos coinciden.
El uso del túnel de Catesby por parte de McMurtry Automotive demuestra cómo la ingeniería puede aprovechar infraestructuras históricas para impulsar el desarrollo tecnológico. La historia y el futuro de la automoción se cruzan en un mismo punto, demostrando que la innovación puede surgir en los lugares más inesperados.
Imágenes | McMurtry Automotive